El crimen de Tito Alberto López Builes ocurrió a pocos metros de la estación de policía. Familiares denuncian negligencia institucional y exigen justicia.

El pasado 22 de junio, durante la madrugada, en medio de la celebración de las tradicionales Fiestas de la Mula, se registró el asesinato de Tito Alberto López Builes, en un hecho que ha generado profunda indignación en la comunidad argelina. El crimen ocurrió entre las 3:40 y 4:10 a.m., a tan solo 50 metros de la estación de policía del municipio.

De acuerdo con las denuncias de sus familiares, López Builes fue abordado por un grupo de delincuentes que le robaron sus pertenencias y, presuntamente, le suministraron una sustancia tóxica que le causó la muerte. Lo más preocupante, señalan, es que esa misma noche al menos 11 personas habrían sido víctimas de hechos similares en la zona, sin que hasta la fecha se haya emitido un pronunciamiento oficial por parte de las autoridades.

El hecho tuvo lugar en una de las calles principales del municipio, en una zona con cámaras de seguridad y alta actividad comercial. Sin embargo, no se conocen avances en la investigación ni se ha brindado información pública a la ciudadanía.

Según relataron los familiares, al intentar denunciar lo ocurrido, recibieron respuestas contradictorias: en la estación de policía les indicaron que debían acudir a la Fiscalía o al SIJIN, incluso en las primeras horas tras el crimen. Posteriormente, el 2 de julio, al regresar en busca de avances, se les informó que ese tipo de denuncias debía ser tramitado únicamente ante la Fiscalía.

Al acudir el 4 de julio a la sede local de la Fiscalía, los familiares se encontraron con una oficina cerrada al público, debido a la falta de personal. La inspectora de policía del municipio, por su parte, manifestó no tener conocimiento del caso ni acceso a información relevante.

A más de dos semanas del asesinato, la familia de Tito Alberto López exige justicia, mientras que el silencio institucional alimenta la preocupación de los habitantes de Argelia. La comunidad se pregunta cómo es posible que un crimen tan grave, ocurrido en el centro del municipio y en medio de las festividades, no haya recibido una respuesta clara ni oportuna de las entidades encargadas de garantizar la seguridad y la justicia.