Por Eugenio Fierro
Los entornos en los que las personas viven, trabajan y disfrutan de su tiempo libre influyen, positiva o negativamente, en sus oportunidades para practicar actividad física.
Espacios públicos mal diseñados o mal mantenidos pueden disuadir o incluso impedir la práctica de ejercicio. La falta de infraestructura adecuada, sumada a una sensación constante de inseguridad por el aumento de la criminalidad en muchas regiones del mundo, limita el uso activo de estos espacios.
Por el contrario, entornos urbanos bien planificados pueden incentivar directamente la actividad física. No solo benefician a quienes ya son activos, sino que también motivan a quienes tienen hábitos sedentarios, brindándoles opciones accesibles y seguras para moverse más.
El Informe sobre la situación mundial de la actividad física 2022 señala que las preocupaciones por la seguridad son una de las principales razones por las que muchas personas no caminan ni usan la bicicleta como medio de transporte diario. Por eso, es esencial diseñar espacios públicos y viales que ofrezcan condiciones seguras para todos los ciudadanos.
Te invito a hacer la siguiente dinámica:
Observa un parque infantil de tu ciudad. Probablemente notarás que rara vez hay niños mayores de 7 u 8 años jugando allí.
Muchos de ellos han sido atraídos por el “canto de sirenas” de los videojuegos y la televisión, en parte porque los parques infantiles han perdido aquello que realmente cautiva a los niños: el desafío motriz, es decir, la fuerza, la habilidad y la valentía.
“Una nueva experiencia es aterradora hasta que se domina, y una vez conquistada, puede llegar a ser emocionante. Los parques infantiles tienen la capacidad de ofrecer esta sensación de dominio, diseñados con la ilusión de peligro, sin dejar de ser completamente seguros”.
En ese sentido, parques de juegos innovadores, como los diseñados por StudioLudo en Londres, han demostrado que es posible atraer a personas de todas las edades, fomentando la actividad física y ayudando a reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes, la obesidad o los trastornos psicológicos. Además, al aumentar la presencia de personas en el espacio público, se incrementa la percepción de seguridad comunitaria gracias a la presencia de “nuevos ojos en la calle”, lo que disuade comportamientos antisociales o delictivos.
La falta de entornos públicos atractivos y bien diseñados para fomentar la actividad física es una realidad cotidiana. Como consecuencia, muchas personas evitan utilizarlos porque no los consideran útiles, estimulantes o seguros. Convertir un terreno baldío en una “multibanca” suele verse como una solución rápida, pero carente de innovación y visión a largo plazo.
Debemos tener presente que vivimos en una sociedad con niveles de actividad física preocupantemente bajos. Muchas personas requieren estímulos externos que los inviten y motiven a comenzar y mantenerse activos. Esta situación, además, tiene un costo económico significativo.
Según una investigación reciente publicada en la revista médica The Lancet, entre 2020 y 2030 se producirán cerca de 500 millones de nuevos casos de enfermedades no transmisibles prevenibles debido a la inactividad física, lo que representará un costo anual de más de 27 mil millones de dólares si no se revierte la tendencia actual.
Eugenio Fierro es Preparador Físico, “Egresado destacado del año 2021” de la Universidad Santo Tomás (Rancagua, Chile), y conferencista del equipo High Fitness. Es autor de publicaciones científicas en la revista Journal of Movement & Health (https://doi.org/10.5027/jmh-Vol21-Issue2(2024)art198), donde destaca por su investigación en entrenamiento de niños y adolescentes, así como en la promoción y adherencia a la actividad física.
Realiza divulgación científica a través de redes sociales y sus pódcast en Spotify: Fitness Juvenil y Entrenamiento de Fitness Funcional. Además, es autor del libro High Fitness Kids.