1.Dice el Señor: El reino de Dios está dentro de vosotros (Lc. 17, 21).

Conviértete a Dios de todo corazón y abandona este mundo miserable y tu alma encontrará descanso. Aprende a menospreciar las cosas exteriores y conságrate a las interiores y verás llegar el reino de Dios que es paz y gozo en el Espíritu Santo (Rom.14, 17) y no se da a los impíos. Cristo vendrá a ti y te dará su consuelo si le preparas en tu interior una digna morada. Toda la gloria y la hermosura del alma es interior y allí él encuentra sus delicias.

Para el que posea el espíritu de interioridad, es frecuente la visita de Cristo que le habla dulcemente, le consuela amablemente, le da paz profunda y con él mantiene un trato íntimo y familiar.

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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.