1.Hijo, no confíes en la disposición de tu sentimiento, porque muy pronto puede cambiar. Durante toda tu vida, aunque no lo quieras, estarás sometido a mudanzas. A veces estarás alegre, otras triste; una vez tranquilo y otra perturbado, en una ocasión te encontrarás con devoción y en otra sin ella, una vez activo y otra perezoso, a veces estudioso y otras divagando.

Pero, el hombre sabio y experimentado en las cosas del espíritu, está por encima de todos estos cambios, no mira a lo que siente dentro de sí, ni de qué parte sopla el viento de la inestabilidad, sino que dirige todas las energías de su alma a la consecución del fin debido y deseado. Así podrá mantenerse siempre uniforme y constante, dirigiendo permanentemente a mí la recta mirada de su intención aun a través de tantos y variados acontecimientos.

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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.