1.Bienaventurado el que entiende lo que es amar a Jesús y, por amor a Jesús, despreciarse a sí mismo. Es necesario dejar lo amado por el Amado, porque Jesús quiere ser amado él solo sobre todas las cosas.

El amor de la criatura es mentiroso e inconstante, el amor de Jesús es fiel y perseverante. El que se apega a la criatura caerá juntamente con la debilidad de la criatura, pero el que abraza a Jesús se afirmará en El para siempre.

Ama a Jesús, cultiva su amistad, con el fin de que, cuando todos te abandonen, él no te desampare ni permita jamás que perezcas. De todo tienes que separarte un día, quieras o no.

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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.