1.¿Por qué buscas el descanso si has sido nacido para el trabajo? Prepárate más para padecer que para ser consolado y para llevar la cruz más que para tener alegría.

¿Qué hombre en el mundo no recibiría de buena gana el consuelo y el gozo espirituales si siempre los pudiera conservar? Las alegrías espirituales superan a todos los placeres del mundo y a los deleites carnales.

Todas las delicias mundanas son torpes o son vanas, pero las satisfacciones espirituales son las únicas alegres y honestas y, como corolario de las virtudes, son infundidas por Dios en los corazones puros. Nadie puede usar continuamente y como quiera estos consuelos divinos, porque la tentación no tarda mucho en volver al ataque.

Lea también: A derecha y a izquierda hay enemigos que no descansan nunca

Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.