65. Sin embargo, ¡mi amable Maestro!, la mayor parte de los sabios, en castigo a su orgullo, no se alejarían más de la devoción a vuestra santa Madre ni demostrarían más indiferencia hacia Ella, si todo lo que acabo de exponer fuese verdad. Guardadme señor, guardadme de sus sentimientos y sus prácticas, y concededme alguna parte de los sentimientos de reconocimiento, estima, respeto y amor que Vos albergáis en relación a Ella, a fin de que yo os ame y glorifique tanto más, cuanto más os imitare y siguiere de cerca.

Fuente: Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María y el Secreto de María

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