En 1994, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 17 de junio como el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía (resolución 49/115) para fomentar la conciencia pública sobre el tema, así como también la puesta en acción de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) en aquellos países afectados ya sea por graves sequías, por desertificación, o por ambas, en particular en Africa.
En los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) post-2015 probablemente no hay un asunto más importante para todos como el de la tierra. Desde los alimentos que consumimos a la ropa que nos ponemos o las casas en que vivimos, todo proviene de los recursos del suelo. Con el fin de que «nadie quede atrás» como se proclama en los ODS, neutralizar la degradación de la tierra es un asunto prioritario para cubrir nuestras necesidades y lograr un desarrollo sostenible.
En el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación se resalta la importancia de la cooperación inclusiva para recuperar y rehabilitar el suelo degradado y avanzar con ello hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible en su totalidad.
Una cooperación inclusiva entre todos los actores es fundamental para que la neutralización de la degradación del suelo sea una solución fundamental para alcanzar los ODS. El eslogan «Proteger el planeta. Recuperar la tierra. Participación de la gente» subraya la importancia de una participación amplia y de la cooperación con el fin de detener la degradación del suelo.
Tomado de un.org