Incluso en circunstancias normales, las personas con discapacidad tienen menos probabilidades de acceder a la atención sanitaria, la educación y el empleo y de participar en la comunidad. Tienen más probabilidades de vivir en la pobreza, están expuestas a tasas de violencia, abandono y abuso más elevadas y se encuentran entre los grupos más marginados de cualquier comunidad afectada por una crisis.

Para las personas con discapacidad visual, la vida durante el confinamiento ha planteado varios problemas en términos de independencia y aislamiento, especialmente para las personas que dependen del uso del tacto para comunicar sus necesidades y acceder a la información. La pandemia ha puesto de manifiesto la importancia fundamental de producir información esencial en formatos accesibles, incluido en Braille y en formatos audibles. De lo contrario, muchas personas con discapacidad podrían correr un mayor riesgo de contagio debido a la falta de acceso a directrices y precauciones para protegerse y reducir la propagación de una pandemia. El COVID-19 también ha revelado la necesidad de intensificar todas las actividades relacionadas con la accesibilidad digital para garantizar la inclusión digital de todas las personas.

Durante la pandemia de COVID-19, partes del sistema de las Naciones Unidas han aplicado buenas prácticas para promover una respuesta al COVID-19 que tenga en cuenta la discapacidad y para difundir información en braille.

El 4 de enero es el Día Mundial del Braille. La festividad, que se celebra desde 2019, pretende crear mayor conciencia sobre la importancia del braille como medio de comunicación para la plena realización de los derechos humanos para las personas ciegas y con deficiencia visual.

¿Qué es el braille?

El braille es una representación táctil de símbolos alfabéticos y numéricos que utiliza seis puntos para representar cada letra y cada número, e incluso símbolos musicales, matemáticos y científicos. Este sistema de escritura lo usan las personas ciegas o con deficiencia visual para leer los mismos libros y publicaciones periódicas que los impresos para la lectura visual y garantizar la comunicación de información importante para ellas y otras personas y representa competencia, independencia e igualdad.

Asimismo, el braille es un medio de comunicación para las personas ciegas, como se refleja en el artículo 2 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, y puede ser pertinente en los contextos de la educación, la libertad de expresión y opinión y el acceso a la información y la comunicación escrita, así como en el contexto de la inclusión social para las personas ciegas, como se refleja en los artículos 21 y 24 de la Convención.

Fuente: https://www.un.org/