Los arroyos se están secando
Por culpa del leñador
Tumbando árboles y palmas
El monte es desolador.

Se ha secado la quebrada
No se escucha su corriente
Ya no baja agua a la casa
Se marchó de allí la gente.

En los tiempos de mi infancia
Allí todo fue alegría
Hoy la casa ya está en ruinas
Todita quedó vacía.

Sus ventanas con helechos
Las tapias están verdosas
No se encuentran los geranios
Con sus lindas mariposas.

No se siente aquel aroma
Hierbabuena y mejorana
Sólo está el Sidrón del patio
Muerto, secas están sus ramas.

El palo del bramadero
Él también se está pudriendo
Donde amarraron los toros bravos
Tan sólo quedan recuerdos.

Ese viejo leñador
Su alma se fue pal cielo
Sin saber del daño que hizo
A su casa, al páramo y a su suelo.

Por: Nelson Valencia