Desde este lunes 2 hasta el 13 de diciembre se estará realizando en Madrid, España, la Conferencia de las Naciones Unidad sobre Cambio Climático – COP25, bajo la presidencia de Chile, donde líderes de todo el mundo se reunirán para tomar decisiones urgentes frente a los efectos del Cambio Climático.

Según las Naciones Unidas, «siete millones de personas mueren al año por la contaminación del aire con los mismos gases que causan el cambio climático. Además, en 2018, la cantidad de personas de más 65 años expuestas a olas de calor aumentó en 220 millones con respecto a la media del período entre 1986 y 2005»

Dos informes publicados durante la vigesimoquinta Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP25, ponen de relieve la forma en que mientras aumenta la temperatura media de la tierra, con catastróficos resultados para la vida en el planeta, incluida nuestra propia salud, los seres humanos seguimos sin poner remedios eficaces para detener este fenómeno o mitigar sus efectos.

El primero de los documentos, la Declaración sobre el estado del clima mundial, lleva la firma de los científicos de la Organización Meteorológica Mundial y contiene muchos de los hallazgos ya revelados en el informe United in Science o “Unidos en la Ciencia” en septiembre.

La Declaración confirma que el año 2019 pone punto final a una década marcada por registros de calor excepcionales, por el retroceso de los hielos y por subidas del nivel del mar sin precedentes a nivel mundial, cambios exacerbados por las emisiones de gases de efecto invernadero fruto de la actividad humana.

Casi con toda certeza, las temperaturas medias del quinquenio (2015-2019) y de la década (2010-2019) serán las más elevadas de las que se tiene constancia y todo apunta a que 2019 será el segundo o tercer año más cálido del que se tienen datos.

Las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera alcanzaron un nuevo máximo histórico de 407,8 partes por millón en 2018, y en 2019 no dejaron de aumentar. Ese gas permanece en la atmósfera durante siglos, y en los océanos durante períodos todavía más prolongados, de modo que perpetúa el cambio climático.

También se ha constatado que, desde 1993, cuando se empezaron las mediciones satelitales, la subida del nivel del mar se ha acelerado a causa de la fusión de los mantos de hielo de Groenlandia y la Antártida.

El océano hace las veces de amortiguador al absorber calor y dióxido de carbono, pero ello acarrea graves consecuencias. El calor acumulado en las aguas oceánicas ha alcanzado niveles sin precedentes y se han producido olas de calor marinas generalizadas. La acidez del agua del mar ha aumentado un 26% desde el inicio de la era industrial. Como resultado, ecosistemas marinos de vital importancia se están degradando. El valor mínimo de extensión diaria del hielo marino en el Ártico de septiembre de 2019 fue el segundo más bajo desde que se tienen registros satelitales, y en el mes de octubre también se establecieron récords de extensión mínima. Por su parte, en la Antártida, las extensiones de hielo registraron valores mínimos sin precedentes en algunos meses de 2019.

La temperatura global promedio se estima actualmente en 1,1° C, un grado más por encima de los tiempos preindustriales (1850–1900) y las consecuencias se están dejando notar: los fenómenos climáticos extremos son más intensos y frecuentes con todas las consecuencias que ello conlleva.

Datos sobre la COP25

La conferencia estaba originalmente planificada para realizarse en Brasil, pero el gobierno de ese país desistió a finales de 2018. Chile asumió la presidencia y, por tanto, la organización del evento, estableciendo como sede el Parque Bicentenario de Cerrillos, en Santiago.​ Sin embargo, el gobierno chileno suspendió la realización de la conferencia un mes antes de su celebración, debido a la serie de protestas ocurridas en ese país, siendo cambiada su sede a la capital española.

El Gobierno de España seleccionó a la Institución Ferial de Madrid – IFEMA, como sede de la cumbre que debería ser organizada en apenas un mes. Según las últimas cifras aportadas por IFEMA, la COP25 ocupará un total de 7 pabellones, que significan más de 100.000 metros cuadrados, así como un espacio adicional de unos 13.000 metros cuadrados en sus Centros de Convenciones y salas de reuniones, preparada para albergar a los asistentes a la cumbre, que podrían alcanzar la cifra de 25.000 visitantes de casi 200 países, aunque este dato puede variar debido al cambio de ubicación.

La COP25 se divide en dos espacios, la zona azul y la zona verde: la zona azul es el espacio administrado por las Naciones Unidas y en el cual tendrán lugar las sesiones de negociación de la 25ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), la décimo quinta reunión de las Partes en el Protocolo de Kioto (CMP15) y la segunda reunión de las Partes del Acuerdo de París (CMA 2), así como los actos y eventos paralelos de la agenda oficial de Naciones Unidas.

La zona verde es el espacio de participación social que estará a disposición de toda la sociedad civil para que sean parte fundamental y participen de manera directa en la celebración de la COP, y que se complementará, además, con la organización de diferentes eventos dirigidos al público en general y la sociedad civil a lo largo de la toda la ciudad de Madrid.

Fuente: Naciones Unidas