44. Solamente María encontró gracia delante de Dios (Lc. 1, 30) sin ayuda de ninguna criatura. Sólo por intermedio de Ella han encontrado gracia delante de Dios aquellos que después de Ella la han hallado, y sólo por Ella la tendrán aquellos que en lo sucesivo la han de hallar. Ella era llena de gracia cuando fue saludada por el arcángel San Gabriel (Lc. 1, 28), y fue super abundantemente llena de gracia por el Espíritu Santo cuando la cubrió con su sombra inefable (Lc. 1, 35); y de tal manera ha aumentado de día en día y de momento en momento esta doble plenitud, que llegó a un grado de gracia inmensa e inconcebible, de tal forma que el Altísimo la hizo única tesorera de sus riquezas, y la única dispensadora de sus gracias, para ennoblecer, elevar y enriquecer a quien quiere, para hacer entrar a quien desea
por la vía estrecha del cielo, para permitir la entrada, a pesar de todo, por la puerta angosta de la vida a quien desea, y dar el trono, el cetro y la corona de rey a quien Ella quiere. Jesús es en todas partes y siempre el fruto y el Hijo de María; y María es en todo lugar y siempre el verdadero árbol que lleva el fruto de la vida, y la verdadera madre que lo produce.

Fuente: Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María y el Secreto de María

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