2. Mucho hace el que ama mucho, mucho hace el que todo lo hace bien. Obra bien el que trabaja más en favor de la comunidad que para el provecho personal.

Muchas veces parece caridad lo que en realidad es amor propio, porque en nuestras obras raramente se hallan ausentes la inclinación natural, la voluntad propia, la esperanza de recompensa y el sentimiento de comodidad.

Lea también: Capítulo 14|Eludir los juicios temerarios

Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.