No más saqueo del erario público, no más corrupción, no más manejos amañados, no más prebendas en la contratación pública, no más comisiones debajo de la mesa para el otorgamiento de licencias, permisos, servicios… no más enriquecimiento de funcionarios públicos en los procesos de contratación pública, no más fachadas, no más testaferros, no más mordidas, no más «lleve y coma callao»…

No más cargos de trabajo, atendiendo solo a intereses politiqueros, desechando la experiencia y la responsabilidad ética; no más amenazas, amedrentamiento a quienes con rectitud y honestidad laboran en aras del buen uso de los recursos públicos.

Colombia, clama por una auténtica democracia, no más manipulación de la conciencia con tretas, mentiras, calumnias, dadivas… no más apego y ambición de poder, para beneficio propio y sus grupos de aplausos, amigotes, cómplices…

Bienvenida la protesta civilizada en aras del bien común, al libre ejercicio del trabajo con responsabilidad social, atendiendo a todas las medidas biosanitarias que el momento requiere.

Bienvenido el clamor de un Pueblo que no aguanta más y a gritos pide justicia por la vivencia de sus derechos como ciudadanos y personas de bien.

No más anuncios y declaraciones mediáticas de los gobernantes para ocultar, despistar y disimular la verdad.

Llegó el momento, que con hechos los gobernantes demuestren coherencia de lo que dicen y lo que hacen.

Si bien es cierto el vandalismo a la propiedad privada, a los bienes públicos, merecen total repudio; igualmente el vandalismo sistémico que se genera en los asuntos del gobierno, en todos los órdenes y niveles, también merecen el rechazo total.

Con sentimientos de aprecio, respeto y apoyo a la justa posición de los comerciantes sonsoneños, llevados progresivamente a la ruina, bancarrota; mientras cumplidamente deben atender a sus compromisos de impuestos, créditos, pagos bancarios, de servicios, arrendamientos, empleados y su propio sustento, sus familias…

Fraternalmente:

Carlos Alberto Ríos Jiménez