Tras la muerte del Papa Francisco, la Iglesia Católica ha entrado en el período de Sede Vacante, y con ello se activa uno de los procesos más solemnes y misteriosos del Vaticano: el Cónclave, la elección del nuevo pontífice.
¿Qué significa “Cónclave”?
La palabra “Cónclave” viene del latín cum clave, que significa “con llave”. Hace referencia al encierro estricto de los cardenales en la Capilla Sixtina, sin contacto con el exterior, hasta que se elija un nuevo Papa. Esta tradición busca garantizar una elección libre de presiones externas.
¿Quiénes eligen al nuevo Papa?
Los encargados de votar son los cardenales menores de 80 años al día del fallecimiento del Papa. Se espera que unos 130 cardenales electores participen en esta ocasión, la mayoría de ellos nombrados por el mismo Francisco, lo que podría influir en el perfil del sucesor.
¿Dónde ocurre el Cónclave?
El Cónclave se realiza en la Capilla Sixtina, en el Palacio Apostólico del Vaticano. Los cardenales viven en la Casa Santa Marta, dentro del Vaticano, y se trasladan bajo vigilancia estricta para cada sesión de votación.
¿Cómo se vota?
Cada día se realizan hasta cuatro votaciones (dos por la mañana y dos por la tarde). Para ser elegido Papa, un cardenal debe obtener una mayoría calificada de dos tercios de los votos. Tras cada votación, las papeletas se queman:
- Si no hay elección, se añade una sustancia para que el humo salga negro.
- Si hay Papa, el humo es blanco, y las campanas de San Pedro suenan anunciando la elección.
¿Qué pasa después?
Una vez elegido, el nuevo Papa acepta su elección y elige el nombre con el que será conocido. Luego, el cardenal protodiácono anuncia al mundo con las palabras: «Habemus Papam», y el nuevo pontífice aparece en el balcón central de la Basílica de San Pedro.