El sábado 9 de noviembre se realizó en la Casa Museo de la Cultura Roberto Jaramillo Arango de Sonsón la conferencia titulada: “Sonsón, paisaje urbano y cultural», dictada por el docente, catedralicio, historiador y arquitecto, Sr. Luis Fernando González Escobar de la Universidad Nacional de Colombia – Medellín.

El evento de tipo académico sirvió para resaltar las tendencias arquitectónicas y las trasformaciones culturales que a tenido nuestro municipio. González Escobar arranca diciendo que podemos a hablar de cuatro modos de arquitectura en Sonsón con fines muy distintos que serian: arquitectura de tipo civil, arquitectura de tipo religiosa, arquitectura de tipo comercial y arquitectura de tipo familiar.

A lo largo del transcurrir de la historia de la arquitectura de Colombia se ha hablado básicamente de tres tipos de arquitectura que son: arquitectura colonial, arquitectura republicana y arquitectura moderna.

Para dar orden a una idea de historicismo a los procesos sociales y políticos, mas no a los verdaderos modelos arquitectónicos que han existido en el país y lo que concierne a la arquitectura de Antioquia, el gran Caldas y Sonsón.

Sonsón presenta un conjunto de edificaciones que se han llamado coloniales lo cual no es cierto según lo expresado por el historiador y arquitecto González. En sus inicios la arquitectura en Sonsón fue muy rudimentaria durante sus cinco primeros años de vida, solo existían ranchos de paja construidos de madera los cuales servían de vivienda, estancias y sitios de almacenamiento de algunos víveres y bienes; y una rustica iglesia construida de paja con una cruz de madera hecha de balso amarrada a su techo.

Luego llegó la técnica de la tapia pisada pero hay que entender que esta técnica tenía sus variantes en el país, los estilos eran los más comunes en toda América Latina desde México a Buenos Aires; pero esta técnica no aplica a Sonsón como arquitectura colonial ya que en sus primeros años de vida (1805 – 1807) tuvo un progreso lento en lo arquitectónico debido a que los colonos construían casas muy rusticas para poder resguardarse, y solo hacia la década de 1817 – 1825 es donde se da un auge poblacional, mas no urbanístico, donde venían gentes que construían viviendas con las técnicas tradicionales y los recursos del medio y no había gran tecnología, ni personal preparado y formado en estas artes de construir.

Ya muy entrado el siglo XIX se inicia la construcción de la Catedral de granito y piedra en Sonsón en donde pasa a ser el pilar de la vida del municipio y su majestuosidad sobresalía sobre el resto del entramado arquitectónico sonsoneño. Paulatinamente fueron entrando nuevas tendencias de construir viviendas, y como la élite sonsoneña ponían baldosas pegadas con cemento, ventanas de hierro en sus casas, Sonsón fue entrando en la moda del ladrillo.

Los sucesivos terremotos de las décadas de los años 60 averiaron la Catedral de granito y piedra, y su demolición después con una implosión de dinamita, dejo a Sonsón sin mapa arquitectónico. La vieja Catedral fue remplazada por la actual en cemento lo cual ha generado muchas críticas de todo tipo, tanto a favor y en contra.

Hoy por hoy luchamos por defender nuestro poco legado arquitectónico e histórico que tenemos, que no es colonial, sino una mezclas de la arquitectura republicana y la adaptación de algunos patrones arquitectónicos traídos de los Países Bajos y de Francia.

Hablar de la arquitectura de la Colonización Antioqueña tiene tanto de positivo como de negativo. Positivo se da al realce, a los materiales y algunas técnicas de construcción, además se exalta el carácter y la parte humana de los hombres y mujeres de Antioquia. Negativo, ya que fueron modelos y técnicas arquitectónicas traídas del exterior, y no solo eso, sino que gran cantidad de maestros y artesanos fueron formados para realizar estos trabajos en las escuelas de artes y oficios a lo largo y ancho del país por arquitectos y maestros extranjeros y criollos.

Hoy en día Sonsón se debate entre conservar su patrimonio o abrirse de lleno al modernismo, o de buscar el punto ideal entre el ayer y hoy pensando en su futuro.

Por:

Jaime Alberto López Bonilla.
Historiador Universidad Nacional Medellín.
Correo: jaime.lopez@periodicoelparamo.com