El horror del conflicto armado marcó la existencia de los más de 600 habitantes de Puerto Venus, corregimiento del municipio de Nariño, en el Oriente antioqueño.

Entre los años 1999 y 2001 vivían días de miedo, temor e incertidumbre, como lo recuerda José Noé Rondón, líder comunitario y víctima de la violencia quien junto con su familia les tocó salir huyendo y ser afectado por el desplazamiento forzado.

Fue entonces cuando, con la asesoría de las Naciones Unidas, se decidió iniciar el proceso de reparación colectiva para que su comunidad obtuviera beneficios y poder resarcir los daños colectivos que había dejado el paso de la guerra por este el Rincón Amable de Antioquia, como lo llaman sus habitantes.

“Al desplazarse tanta población, las fincas se acabaron y se cayeron. Cuando mejoró la situación, los campesinos regresaron, pero encontraron las fincas perdidas en el monte y por eso en el plan de reparación colectiva priorizamos la recuperación del campo. Puerto Venus se conoció en el conflicto por el dolor y el horror, pero ahora que nos conozcan por trabajar unidos y volver a ser productivos”, concluyó.

Gracias al plan de reparación colectiva que implementó la Unidad para las Víctimas durante casi 9 años se logró entregar a la comunidad proyectos para campesinos, mujeres y jóvenes, como lo fue el vivero comunitario que es el que marca el inicio de este emprendimiento colectivo para la recuperación ambiental y la productividad agrícola de esta zona. Así lo destaca Diego Hincapié, líder comunitario: «se ha venido trabajando durante este tiempo, se han realizado proyectos y actividades enfocadas en el fortalecimiento del tejido social, no sólo mejoran la economía y el desarrollo de la región, sino que integra a la comunidad después de tanto tiempo de conflicto y de separación; hoy nuevamente tenemos a una comunidad unida, trabajando por sacar adelante los proyectos«.

La inversión para el montaje del vivero comunitario fue de 354 millones de pesos, que fueron gestionados por la Unidad para la Reparación a las Víctimas con el Ministerio del Trabajo. La obra viene siendo ejecutada desde 2018 por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) con mano de obra de los habitantes. Las semillas especiales de cacao las aportó la Compañía Nacional de Chocolates y el predio lo facilitó la Alcaldía de Nariño.

Allí se producen plántulas de buena calidad de aguacate, cacao, frutas, árboles maderables y forestales para diversificar la economía agrícola de la zona con productos rentables de alta demanda en el mercado, y reforestación.

Del vivero se benefician 120 familias campesinas de 11 veredas y del corregimiento Puerto Venus, asociadas como productores agropecuarios, e indirectamente todos los habitantes quienes pueden conseguir allí semillas para renovar sus propios cultivos.

Reconstrucción de la confianza

Dentro de las acciones también se desarrollaron actividades complementarias desde el componente de atención psicosocial para la recuperación emocional, rehabilitación con la estrategia «Entrelazando» que evoca a retomar prácticas deportivas, culturales y tradiciones campesinas que habían desaparecido por la presencia de la guerrilla.

Cielo Montoya, líder de la estrategia y quien la implementó en su comunidad, aseguró que «con los talleres que hicimos con la Unidad para las Víctimas con el fin de recuperar actividades comunitarias, como encuentros deportivos, paseos de olla, logramos la resignificación de los sitios más golpeados por el conflicto porque el miedo se apoderó de nosotros, volvimos a cocinar juntos y a tener confianza entre nosotros. También nos guiaron para hacer los mejoramientos con pintura, adecuación, limpieza de lugares comunes, con lo que ya tenemos lugares más bonitos», concluyó.

Con competencia de muestras agrícolas de las 11 veredas, torneos deportivos y festival de sancochos se realizó el cierre de este proceso en el que participó el director de la Unidad para las Víctimas en Antioquia, Wilson Córdoba Mena, quien informó que «en total, fueron 15 acciones financiadas y materializadas con apoyo del comité de impulso integrado por líderes de la población, varias entidades del Gobierno, la alcaldía y cooperantes internacionales con una inversión de más de 700 millones de pesos que concluye hoy pero que deja una comunidad fortalecida y empoderada de sus procesos organizativos».

Más reparación

La dos últimas acciones fueron la entrega de materiales para la construcción de 300 metros de placa huella para el mejoramiento de acceso al corregimiento y materiales para el mejoramiento de la escuela El Zafiro para que los niños y jóvenes tengan un lugar más adecuado para su desarrollo académico y de aprendizaje.

La Unidad para las Víctimas ha invertido un poco más de 13.000 millones de pesos en Ayuda Humanitaria, indemnizaciones económicas individuales, adicionales a la reparación colectiva. También se implementa un plan de retornos y reubicación de desplazados que beneficia a otras veredas de este municipio.

En Antioquia, los municipios de Cocorná y de Argelia, también concluyeron sus planes reparación colectiva en este mes de diciembre, superando entre estos tres municipios los 1.600 millones de pesos.

Fuente: Unidad para las Víctimas