3. ¿Qué otra cosa devorará el fuego del infierno sino tus pecados? Cuanto más seas indulgente contigo mismo ahora, siguiendo los dictámenes de los instintos, tanto más gravemente sufrirás después, tanto más combustible aportarás para las llamas eternas.

El hombre será más castigado en lo que más ha pecado. Allá los perezosos serán estimulados con aguijones ardientes y los golosos serán atormentados por una horrorosa hambre y sed. Allá los lascivos y los amantes de deleites terrenales serán rodeados de brea ardiente y hediondo azufre y los envidiosos aullarán de dolor como perros rabiosos.

Lea también: Un grande y beneficioso purgatorio tiene aquí el hombre sufrido

Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.