2. ¿Acaso hay algo que sea difícil para mí? ¿O seré como aquel que dice y no hace? ¿Dónde está tu fe? Mantente firme y persevera. Sé varón magnánimo y fuerte y a su tiempo te llegará la recompensa. Espérame. Iré y te curaré. Lo que te tortura es la tentación y el temor infundado es lo que te espanta.

¿De qué te aprovecha la preocupación de lo que ha de suceder sino para acumular una tristeza encima de otra? A cada día le basta su afán (Mt. 6, 34). Es inútil y sin provecho inquietarse o alegrarse de algo que ha de acontecer y que quizá nunca ocurrirá.

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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.