1.Señor mío y Dios mío, veo que la paciencia me es muy necesaria porque en esta vida hay muchas contrariedades. En efecto, de cualquier manera ordene yo mis cosas para vivir en paz, mi vida no puede estar sin guerra y sin dolor.

Lea también: Se necesita usar la fuerza y oponerse varonilmente a los apetitos

Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.