La tecnología usada en las obras del proyecto San Lorenzo - Calizas buscan reducir la afectación sobre el bosque primario en la zona donde se levantan las redes de transmisión y distribución.

Entre los municipios de Cocorná y Sonsón, EPM adelanta el proyecto San Lorenzo – Calizas, que consiste en la construcción de un segundo circuito de transmisión y distribución de energía. Tendrá una extensión aproximada de 40 kilómetros y requiere la construcción de 79 torres, cuyas alturas van desde los 29 hasta los 80 metros.

Por tratarse de una obra que, en gran medida, pasa por zonas de bosque primario, EPM buscó disminuir el impacto ambiental y encontró la tecnología de drones la mejor alternativa. “Una de las utilidades que se ha visto con esta tecnología es que se pueden extender unos hilos o manilas más delgadas y menos pesadas, a las cuales se amarran los cables guías, que son más pesados y se encargan de llevar los cables conductores, que son los mayores”, explica Juan Gonzalo Hernández Castaño, director del proyecto.

El ingeniero recalca que “como todo esto se hace por vía aérea, no se necesitaría hacer tanto aprovechamiento forestal de talas o podas como en el pasado, ni se corre el riesgo de afectar la biodiversidad por intervenciones tan invasivas”. Esto, a pesar de las largas distancias que hay entre cada una de las torres, que puede llegar hasta los 1800 metros. Pero ese no es un obstáculo para los drones, que ya han sido usado en otros proyectos de EPM en la zona, como la línea San Lorenzo-Sonsón en 2018.

El proyecto actual obtuvo su licencia ambiental a comienzos de este año y desde el pasado 25 de agosto EPM y los contratistas iniciaron la fase de preconstrucción, que consiste en la socialización de las obras con las autoridades y líderes locales por medio de reuniones virtuales, así como acercamientos con las comunidades, con las cuales sí se han desarrollado reuniones presenciales. “Las hacemos en espacios abiertos, donde podamos garantizar una adecuada distancia entre los asistentes, suministramos tapabocas a quienes no los lleven, tenemos estaciones de bioseguridad con alcohol y gel para las manos y desinfectante para ex calzado”, asegura Hernández.

Este nuevo circuito debe estar en servicio a finales de junio de 2021 con el objetivo de que en esta región haya una mayor confiabilidad para la prestación del servicio de energía eléctrica. “Vamos a tener una gran autopista por la cual se puede transportar la energía que se necesita hoy o en el futuro, sea para los sectores industrial, comercial o residencial”, explica el líder del proyecto, quien añade que, de esta manera, la empresa puede empezar a planear otros proyectos para reforzar los sistemas de distribución local.

La ejecución del proyecto representará la vinculación de alrededor de 60 personas de la zona, como mano de obra no calificada. Se estima que, en su pico de trabajo más elevado, haya cerca de 200 personas vinculadas al proyecto.

Fuente: EPM