1.Muy pronto llegará para ti la muerte. Considera, por lo tanto, tu estado actual. Porque hoy el hombre existe y mañana desaparece; y cuando se pierde la vista, muy pronto se esfuma también el recuerdo. ¡Qué locura y dureza la del corazón humano que solo piensa en lo presente sin cuidarse del futuro! En todos tus actos y pensamientos deberías conducirte como si hoy hubieras de morir. Si tuvieras la conciencia limpia no le temerías mucho a la muerte.

Mejor sería que evitaras el pecado que ahuyentar a la muerte. Si hoy no estas preparado, ¿cómo lo estarás mañana? El mañana es incierto. ¿Cómo sabes si tendrás un mañana?

Lea también: ¿Qué será de nosotros al final si desde el principio nos dejamos dominar por la tibieza?

Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.