1.Hijo, te conviene ignorar muchas cosas y estimarte como muerto sobre la tierra y como uno para el cual todo el mundo está crucificado. Hay muchas otras cosas, además, que debes escuchar con oídos de sordos; meditando, antes bien, sobre lo que más ayuda a aumentar la paz interior.

Es más útil apartar la mirada de los asuntos que gustan, dejando que cada cual siga su parecer, que meterse en porfiadas discusiones. Si tus relaciones con Dios son buenas y te atiendes a su criterio, te someterás con mayor facilidad a lo que él disponga.

Lea también: A unos le hablo cosas que valen para todos y a otros cosas particulares

Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.