4. ¿Qué es todo hombre en tu presencia? ¿Por ventura podrá el barro gloriarse contra el que lo trabaja? (cfr. Is. 45, 9). ¿Cómo puede engreírse con inútiles alabanzas el corazón que está de verdad sujeto a Dios?

Ni el mundo entero hará ensoberbecer al hombre subyugado por la Verdad; ni moverá, por mucho que lo alaben, al que ha puesto toda su esperanza en Dios. Porque, todos los que adulan, también son nada; desaparecerán con el sonido de sus palabras, pero la verdad del Señor permanece para siempre (Sal. 116, 2).

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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.