El uso de esta tecnología, que apenas se está implementando en el país, permitió proteger los recursos naturales de esta rica zona hidrográfica del departamento.

Con el uso de drones y helicópteros, y en un lapso de once meses, EPM terminó la construcción y puso en operación la nueva línea de transmisión a 110 kV San Lorenzo – Calizas II de 40 kilómetros de longitud, para la cual se necesitó la instalación de 78 torres y una inversión total cercana a los 56 mil millones de pesos.

La nueva infraestructura permitirá fortalecer el sistema eléctrico de la zona donde convergen el Oriente y el Magdalena Medio antioqueños y atender el incremento de la demanda de energía, dado el crecimiento turístico, el aumento de la industria y el comercio de esta región.

Debido a las condiciones topográficas de la zona entre los municipios de San Luis y Cocorná donde se construyó esta nueva infraestructura, caracterizada además por tener unas coberturas vegetales conservadas y un ecosistema de una gran biodiversidad, EPM con el objeto de brindar protección y minimizar los impactos a esta riqueza natural, implementó el uso de técnicas constructivas no convencionales, tales como el tendido de los conductores mediante el uso de drone, procedimiento que se ha venido incorporando desde hace un tiempo en la construcción de líneas de transmisión de energía, con el fin de reducir al máximo el impacto ambiental.

Con igual objetivo y para evitar el paso de bestias y mulares cuyas caravanas cargadas afectan este tipo de terrenos por la pisada y el arrastre de material, se priorizó el transporte de los elementos constructivos a través de helicópteros que no solo agilizaron los avances de la construcción, sino que además fueron determinantes para reducir y controlar efectos negativos sobre los recursos naturales.

De igual manera, desde el mismo diseño se definieron estructuras con una altura mayor a la convencionales, para garantizar mayores distancias de los conductores al suelo y a las coberturas vegetales, minimizando de esta forma los aprovechamientos forestales. También se diseñaron trazados no lineales por medio de torres de retención que soportan ángulos fuertes, con el fin de respetar el retiro a los cuerpos de agua que hacen parte de la riqueza hídrica de este territorio.

Gestión social y ambiental

473 personas de las cuales 251 fueron habitantes de la zona se beneficiaron con empleo durante la construcción de la obra, aportando a la reactivación económica y a mejorar ingresos familiares, en una época donde las fuentes de empleo se disminuyeron por las condiciones y restricciones impuestas por la pandemia.

Durante la ejecución del proyecto se mantuvieron activos y permanentes los procesos de socialización con las comunidades, orientados a la articulación y al trabajo conjunto con las administraciones de Cocorná, San Luis y Sonsón; así mismo, el relacionamiento con propietarios, poseedores y ocupantes de los predios.

Las comunidades aledañas al proyecto se vincularon a través de los talleres de educación ambiental, apoyando la sostenibilidad y participación comunitaria y desarrollando nuevos conocimientos en el cuidado de los recursos naturales flora y fauna.

Se realizaron 108 jornadas de ahuyentamiento de fauna silvestre por medios de disuasores de olor, ruido y figuras para alejar a los animales de los sitios de trabajo. Gracias a esta labor, no se reportó fauna lesionada. Se instalaron dos zonas para la reubicación de especies en veda nacional de la familia de Cyatheaceae (helechos arbóreos o zarros), Bromeliaceae (bromelias o cardos), Orchidaceae (orquídeas) y especies no vasculares, y otras en condición de veda regional.

De igual manera, el proyecto implementó las medidas necesarias para mitigar el impacto sobre los posibles sitios arqueológicos y la protección del patrimonio arqueológico de la Nación, mediante la implementación de las medidas de manejo aprobadas por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Se identificaron tres sitios arqueológicos conformados en las terrazas cercanas a las fuentes de agua permanente, donde se pudo establecer y verificar la ocupación continua del territorio por parte de comunidades humanas por un periodo aproximado de 5000 años. Las evidencias identificadas en las excavaciones arqueológicas configuran principalmente una muestra cerámica de fragmentos y herramientas de piedra, tales como hachas, raspadores y cuchillas, así como los desechos de talla producidos durante la elaboración de los objetos.

La nueva línea San Lorenzo – Calizas II termina un completo sistema eléctrico que mejora la confiabilidad y calidad del servicio en las regiones Oriente y Magdalena medio de Antioquia. El sistema inició ejecución en julio de 2016 y consta de la construcción y modernización de las subestaciones San Lorenzo en Cocorná y Calizas en Sonsón, y dos líneas 110 kV entre ambas subestaciones.

De esta manera, EPM sigue aportando la infraestructura necesaria para que los territorios de Antioquia y sus habitantes sigan su senda de progreso y desarrollo, contribuyendo a la armonía de la vida para un mundo mejor.

Fuente: EPM