2. Cuanto mejor te dispones a padecer, con tanta mayor cordura procederás y mayores méritos obtendrás, y soportarás el dolor con más facilidad si, íntima y prácticamente, te has preparado y acostumbrado a sufrirlo.

No digas: no puedo soportar tales cosas de ese hombre, no puedo aguantarlas. Me injurió gravemente y afirma de mí cosas que nunca pensé. De otro las toleraría con paciencia y considero que sería capaz de sobrellevarlas, pero de él no.

Este razonamiento es una locura, porque no considera la virtud de la paciencia ni aquel que la ha de premiar, sino que tiene en cuenta las personas y las injurias recibidas.

Lea también: Capítulo 19|Tolerancia de injurias y como se prueba la verdadera paciencia

Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.