49. Por María comenzó la salvación del mundo, también por María debe ser consumada. Ella prácticamente no apareció en la primera venida de Jesucristo, a fin de que los hombres aun poco instruidos y esclarecidos sobre la Persona de su Hijo, no se alejasen de la verdad, aferrándose intensa e imperfectamente a Ella, lo que aparentemente sucedería si hubiera sido conocida, por causa de los encantos admirables que el Altísimo puso aún en su exterior, lo que es tan verdadero, que San Dionisio el Areopagita nos dejó escrito que cuando la vio, la habría tomado por una divinidad –a causa de sus secretos encantos y su belleza incomparable– si la fe en la cual estaba confirmado no le hubiera enseñado lo contrario. Pero, en la segunda venida de Jesucristo, María debe ser conocida y revelada por el Espíritu Santo, para que por su intermedio sea mejor conocido, amado y servido Jesucristo. No subsistirán más las razones que lo llevaron a ocultar a su Esposa durante su vida, y a no manifestarse a su propósito sino raras veces desde que se predicó el Evangelio.

Fuente: Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María y el Secreto de María

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