La psicoterapeuta Liliana Arbeláez, en su artículo: “La importancia de comprender la energía sexual», habla de la importancia de tomar consciencia de cómo funciona nuestro cuerpo material físico y nuestros cuerpos sutiles, energéticos y espirituales.

Nuestro cuerpo tiene centros energéticos conocidos como chacras y cuando dos personas tienen un encuentro sexual, experimentan un proceso de intercambio energético consciente e inconsciente.

Consciente: Es esa sensación de gusto y atracción por las cualidades físicas, intelectuales, económicas…, del otro/a.

Inconsciente: Es ese intercambio que se hace desde lo espiritual, con toda la información que el otro ser lleva de sus propias experiencias, con las personas que ha compartido antes y, sobre todo, los patrones, creencias, traumas y taras de su clan.

Imaginemos el encuentro con una persona con comportamientos depresivo, ansioso, agresivo, pesimista, con altos niveles de pobreza espiritual, sin estabilidad emocional o con adicciones… ¿Qué tipo de información podemos recibir allí?

Abrir estos campos energéticos para compartir con un ser implica dos cosas:

  1. Que estas entrando en frecuencia vibratoria y estas tomando de su energía con toda la información que tiene su campo morfo genético.
  2. Que estas compartiendo tu energía y si la tuya esta en mayor armonía y consciencia y el otro ser entra en contacto, desde el amor y el respeto, tu energía puede ayudar a sanar. Pero si tu estas en niveles vibracionales bajos y con asuntos no resueltos, como el otro ser, lo que va a suceder
    es que la energía negativa se va a potenciar.

Esto indica porque hay encuentros sexuales sanadores y encuentros que enferman, no solo biológicamente. Por eso, muchas veces puedes sentirte triste sin razón aparente, teniendo todo para experimentar felicidad, plenitud, sintiéndote en miseria y vació.

La energía sexual –vital- espiritual es una fuerza potente que se relaciona con nuestra salud en todos los planos, pues en ella está la huella energética de nuestra historia, todos nuestros deseos, sentimientos, emociones y necesidades. Y en los encuentros sexuales absorbemos fragmentos emocionales de la vida de la otra persona, tanto lo negativo y denso, como lo positivo y sutil.

Resumen

Tu energía sexual vital, espiritual, es tu bien más preciado, así, si trabajas con consciencia y te enfocas en sanar tus heridas, aprender amarte y moverte desde la abundancia interior, estarás rodeándote de personas que vibren en la misma frecuencia y podrás compartir sexualmente, sin miedo, sin culpa y
sin vergüenza. Mientras aumente tu campo de vibraciones con información de mayor armonía, en consecuencia, tus encuentros sexuales serán cada vez más armónicos, sanos en todos los niveles y con mayor nivel de luz, consciencia.

Todas las experiencias sexuales que has tenido hasta ahora son el reflejo de tus niveles de vibración, son parte del camino, incluso si esas experiencias han sido con la misma persona.

Ahora despierta y reconoce que tú eres el mayor proyecto de tu vida y que tu energía sexual es la mayor manifestación de tu poder y abundancia.

Ejercicios para limpiar tus canales de energía

  • Comienza a reconocerla en cada pulso de tu corazón y hazte cargo de limpiarla para que con ella te sanes en cada encuentro sexual.
  • Antes de dormir cierra los ojos, respira, recapitula tu día y los encuentros que hayas tenido íntimos a través de la mirada, la palabra a tus centros sexuales, imagina a la otra persona con gratitud y quédate con el aprendizaje y devuélvale toda la energía que no te pertenece.
  • Libérate de su energía para que no continúes inconscientemente ligado a su energía.
  • Trabaja conscientemente en ti y conviértete en esa persona de la que anhelas enamorarte.
  • Ámate primero y no compartas tu huella energética sexual con alguien que no admires, con alguien que no te eleve a otros niveles de consciencia.
  • Hazte responsable de tus elecciones, ese es el verdadero camino de consciencia que va a ir afinando tu vibración energética.

Así como piensas, sientes; así como sientes, vibras; así como vibras, atraes.

Por: Martha Isabel González C.

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