7. Por lo tanto, no perdamos la esperanza cuando seamos tentados, porque El, en verdad, como dice San Pablo, no permitirá que seamos tentados sobre nuestras fuerzas y con la tentación nos dará energía para superarla (1 Cor. 10, 13).

Humillemos, pues, nuestras almas bajo la poderosa mano de Dios, en toda tentación y tribulación, porque El salvará y ensalzará a los humildes de corazón.

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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.