2. ¿Por qué te dejas consumir por una insensata tristeza? ¿Por qué te cansas con inútiles preocupaciones? Asume mi voluntad y no sufrirás daño alguno.

Si vas en busca de esto o de aquello y quisieres estar aquí o allá para tu mayor comodidad o para alcanzar una mayor satisfacción, nunca tendrás serenidad ni estarás libre de inquietudes porque en todas las cosas hay defectos y en cada lugar existen contratiempos.

Lea también: Capítulo 27|El amor propio nos aleja enormemente del sumo bien

Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.