6. Enciéndeme de amor, para que pueda gustar en lo más íntimo de mi corazón cuán suave es amar y derretirse y nadar en esa dirección. Sea yo cautiva del amor y que, por el gran fervor y la admiración, me eleve por encima de mí misma.

Cante yo himnos de amor, siga a mi amado a las alturas y quede desfallecida mi alma llenándose de júbilo por el amor.

Que yo te ame más que a mí y que no me ame a mí sino a ti y que en ti yo ame a todos aquellos que te quieren verdaderamente como manda la ley del amor, luz que de ti emana.

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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.