Cuando hablamos de reactivación económica, de inmediato nos llega a la mente, la imagen de las grandes ciudades, pues son estas los símbolos del desarrollo industrial y del éxito urbano; se nos olvida que estas mega urbes, no serían posible sin los alimentos que llegan de nuestros campos, es una equivocación pensar nuestras ciudades sin referirnos a nuestros campesinos y agricultores, pues son estos los que le dan oxígeno a la reactivación económica del mundo.

Antioquia es un departamento que se caracteriza por tener un potencial para el desarrollo agropecuario, dada su geografía montañosa, sus suelos térmicos y su variedad de climas, por esto es importante pensar en la reactivación inmediata del campo antioqueño como una apuesta que concilia el desarrollo con la equidad social. El Estudio de Abastecimiento de Antioquia realizado en el año 2015 por la FAO y Maná en Antioquia, dieron como resultado que el 56% de los productos que consumimos los antioqueños, son producidos por la agricultura familiar, pero solo entre el 10% y 15% de lo que paga el consumidor final es lo que llega al bolsillo de sus productores campesinos.

Además, el 74% de los alimentos que consumimos en el Área Metropolitana, no se producen en Antioquia, el 65% proviene de otros departamentos y el 9% de otros países. Nuestro deber desde la institucionalidad es impactar ya a nuestros productores agropecuarios, acercándolos a créditos, aportando a la actualización tecnológica del campo y fomentando la asociatividad para la recuperación económica de nuestro departamento y de nuestro país.

Tenemos el gran reto de reactivar el campo para darle la mano al campesino; de las semillas del campo nacen los alimentos de las grandes ciudades.

Por:

Luis Gabriel Gómez, diputado de Antioquia.