4. Teme los juicios de Dios, ten pavor de la cólera del Todopoderoso. No quieras investigar las obras del Altísimo, sino examina tus iniquidades, en cuantas cosas pecaste y cuantas buenas obras omitiste.

Algunos ponen su piedad solamente en los libros que leen, otros en las imágenes y otros en señales y figuras exteriores. Algunos me llevan en la boca y poco en el corazón.

Hay otros de inteligencia iluminada y de corazón purificado que suspiran siempre por las cosas eternas, oyen hablar con pena de las terrenales y se someten con dolor a las necesidades materiales: éstos son los que escuchan al Espíritu de verdad que habla en ellos y les enseña a despreciar lo terreno y a amar lo celestial, a aborrecer el mundo y desear, di y noche, el cielo.

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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.