6. En modo especial te ofrezco oraciones y sacrificios de expiación por aquellos que en algo me han ofendido, contristado o calumniado, o me han hecho algún daño o agravio; por todos aquellos que yo haya afligido, inquietado, apesadumbrado y escandalizado con palabras o hechos, a sabiendas o inconscientemente, para que nos perdones a todos nosotros, nuestros pecados y nuestras mutuas ofensas.

Señor, desarraiga de nuestros corazones toda mala sospecha, toda indignación, toda cólera, toda contienda y cuanto pueda herir la caridad y disminuir el amor al prójimo.

Ten piedad, Señor, ten piedad de los que piden misericordia y concédeles tu gracia a los necesitados. Haz que peregrinemos sobre esta tierra en forma tal que merezcamos gozar de tu gracia ahora para alcanzar un día la vida eterna. Amén.

Lea también: Te ofrezco también todo lo bueno que poseo, aunque sea poco e imperfecto, para que lo enmiendes y santifiques

Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.