2. Tampoco investigues o discutas los méritos de los santos, quién de entre ellos sea el más perfecto y el mayor en el reino de la cielos.

Estas cuestiones causan con frecuencia contiendas y disensiones inútiles, fomentan la soberbia y la vanagloria, de las cuales proceden envidias y divisiones porque uno se esfuerza, presuntamente, en ensalzar un santo y otro en preferir a un segundo.

El querer saber e indagar estas cosas no trae ningún provecho, por el contrario, disgusta a los santos, porque yo no soy Dios de discordia, sino de paz (1 Cor. 14, 33), la cual consiste más en la verdadera humildad que en la propia estimación.

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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.