1.Alma mía, en todas las cosas y por encima de ellas, siempre encontrarás descanso en el Señor, porque él es sosiego eterno de los santos.

Concédeme, dulcísimo y amorosísimo Jesús, reposar en ti sobre todas las cosas creadas, sobre cualquier salud y hermosura, sobre toda gloría y honra, sobre cada poder y dignidad, sobre cualquier ciencia y sutileza, sobre todas las riquezas y las artes, sobre toda alegría y satisfacción, sobre toda fama y alabanza, sobre toda dulzura y consolación, sobre toda esperanza y promesa, sobre cualquier mérito y deseo, sobre todos los dones y recompensas que me puedes otorgar e infundir, sobre todo gozo y regocijo que el alma pueda recibir y experimentar. Y, en fin, sobre todos los ángeles y arcángeles y la milicia del cielo, sobre todas las cosas visibles e invisibles y sobre todo lo que no seas tú, mi Dios.

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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.