2. Animo, alma fiel, prepara tu corazón a este esposo para que se digne visitarte y morar en ti. Ya que él afirma: Si alguno me ama, guardará mi palabra y vendremos a él, y haremos morada en él (Jn. 14, 23). Hazle lugar a Cristo y niega la entrada a todas las demás cosas.

Cuando poseas a Cristo serás rico y eso te bastará. El será tu proveedor y te conseguirá fielmente cuando necesites para que nos debas esperarlo de los hombres, porque éstos cambian fácilmente y pronto desaparecen, mientras Cristo permanece eternamente (Jn. 12, 34) y está firme hasta el fin.

Lea también: Capítulo 1|Vida interior

Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.