8. En las tentaciones y adversidades se demuestra cuánto ha progresado el hombre, ya que en ellas hay un mérito mayor y se manifiesta más claramente la virtud. No es difícil ser piadoso y fervoroso cuando las dificultades no se oponen, pero si se sabe aguantar con paciencia la contrariedad, se puede esperar un gran adelanto espiritual.

Algunos no se rinden en las grandes tentaciones y son a menudo vencidos en las menores y en la comunes, para que, humillados, desconfíen de sí mismo en las grandes, puesto que fueron tan débiles en las ordinarias.

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Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.