La caridad hay que profesarla hacia todos, pero hay que evitar la familiaridad

2. La caridad hay que profesarla hacia todos, pero hay que evitar la familiaridad. Sucede, en algunos casos, que alguien que no conocemos brille por su buena fama y que, más tarde, su sola presencia nos fastidie.

Por otra parte, a veces pensamos complacer a una persona con nuestra visita y sucede que le desagradamos porque ella ve algo reprobable en nuestras costumbres.

Lea también: Capítulo 8|Cómo evitar la excesiva familiaridad

Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.