En la década de 1920 volvemos a tener noticias de este tipo de festividades. Para el 4 de enero de 1923 se empezaron a preparar los Juegos Florales, festividad que se haría en honor a los 100 años de nacimiento del poeta Gregorio Gutiérrez González y a su poema «Memorias sobre Cultivo del Maíz en Antioquia». La Sociedad de Mejoras Públicas de Sonsón empezó a conformar una junta organizadora en la que estaban representadas las personas más cívicas y distinguidas.

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Dichos Juegos Florales, aparte del jolgorio, tenían un importante componente cultural. Para eso se abrió un concurso literario. El 6 de marzo de 1926 aparece en la página 2 del entonces semanario La Acción la lista definitiva de trabajos enviados a participar en dichos juegos, y que fueron remitidos a los respectivos jurados. Fueron 81 en total, así distribuidos: 12 cantos a Gregorio Gutiérrez González, 35 poesías, 2 biografías de Gutiérrez González, un estudio crítico sobre la literatura colombiana, 7 novelas, 10 cuentos, 3 dramas,1 estudio crítico sobre la obra literaria de Gutiérrez González, 4 himnos a Sonsón, 3 himnos a Sonsón (música y letra) y 3 marchas dedicadas al poeta.

Los juegos florales al parecer se siguieron celebrando casa año hasta 1937. Así lo indica el hecho de que fuera nombrado el presidente Carlos E. Restrepo como Mantenedor de los Juegos Florales en Sonsón. Fue allí, que, siguiendo con el mismo espíritu de cantarle al maíz, en 1938 se empezó a celebrar la Fiesta del Maíz.

La Fiesta del Maíz

Un grupo de personas destacadas del municipio se reunió en mayo de 1938 y entre los muchos temas que propusieron, fue la creación de la Fiesta del Maíz, idea del señor Fernando Uribe Uribe el cual nos dice:
«La S. de M. P. constituyó una junta, de la cual formé parte como presidente, para elaborar un plan de acción a fin de traducir en hechos y darle resonancia a la Fiesta del Maíz. Esta junta de la cual formaron parte el ya citado amigo D. Nicolás Gaviria y el Dr. Horacio Gil, me secundaron en la forma más franca. Escogimos el día 11 de agosto, aniversario de la proclamación de la Independencia de Antioquia. Se redactó un proyecto de acuerdo “declarando el día 11 de agosto fiesta municipal” y ordenando la celebración de la Fiesta del Maíz, para lo cual el municipio apropiaría en sus presupuestos anuales la partida necesaria. Se ordenó por el H. Cabildo, enviar circulares a los municipios de Antioquia recomendándoles la celebración de la fiesta, y dándoles cuenta de lo hecho por esta municipalidad».

Estas fiestas se oficialización por el acuerdo municipal No 11 de mayo 21 de 1938 “Por medio del cual se ordena la celebración de la Fiesta del Maíz y se declara un día cívico” y a través del compromiso ad honorem adquirido por la Sociedad de Mejoras Públicas para su organización y ejecución, les dio vida legalmente por el citado acuerdo.

Las primeras fiestas se celebraron el 10 y 11 de agosto de 1938. El 10 la fiesta se inició con un desfile nocturno de los alumnos del colegio San José, los cuales portaban antorchas, hasta la Plaza Ruiz y Zapata o Plaza Principal. La noche terminaba con una velada Lírico-Criolla, donde se representaba una obra de teatro alusiva al maíz.

Al día siguiente, día de la Independencia de Antioquia, se comenzó con una alborada por la banda de música del pueblo y luego, a las 9, un desfile con la imagen de San Isidro presidida por el Concejo Municipal, autoridades civiles, militares y el clero. Detrás de la imagen siguieron la Sociedad de Agricultores, Colegio de la Presentación, Colegio San José, Colegio de Sonsón, Escuela urbana de Varones y Escuela Urbana de Niñas a los que seguían el público general.

Esta procesión salía desde la iglesia y terminaba en La Gruta con una misa campal en la vereda Guayabal, ubicada aproximadamente a un kilómetro de la plaza. Acto seguido se serviría un almuerzo campestre, y en la tarde, a las 4, los colegios y escuelas se concentrarían en la Plaza Ruiz y Zapata para escuchar las palabras del fundador de las fiestas, señor Fernando Uribe Uribe. Después de esto, alumnos y público en general se desplazaría hasta el Parque Gutiérrez González, frente al Santuario de la Valvanera, al occidente del pueblo, donde se le haría un homenaje al poeta.

A las 7 de la noche se presentaría una función de cine en la Plaza Ruiz y Zapata y a las 9, una cena bailable en la casa de un particular donde se entraría con invitación especial y con vestimenta de campesino, a pesar de ser una fiesta elitista. Es de anotar que en la velada Típico-Criolla se presentaban obras que representaban la idiosincrasia del campesino y el lenguaje allí utilizado era el del campesino.

Esta organización de las fiestas se conservó durante los siguientes años y poco a poco se le fueron introduciendo cambios. Uno de estos cambios consistió en que la velada Lírico-Criolla se convirtió en el Baile Típico, que era un encuentro de la élite política, económica y a veces intelectual de Sonsón con sus pares del departamento representados por el gobernador, sus secretarios de despacho y los diputados de la Asamblea.

Caracterizadas las gentes de paisas con su sombrero alón que los defiende de los rigores del sol; su pañuelo rabo de gallo amarrado al cuello; una camisa limpia pero remendada hasta en los ojales de los botones; su delantal de lona amarrado a la cintura; su machete o peinilla al cinto; un carriel colgado al hombro y que cae sobre las espaldas; con sus alpargatas que cubren los pies delicados por el encierro en el zapato; una mula o pipa de diez centavos, la cual lleva en la boca y que consume el tabaco de nuestras montañas, forman el verdadero paisa antioqueño.

Las mujeres llevaban una falda típica hasta los tobillos, pequeño delantal de tela al cinto, pañuelo en la cabeza y alpargatas.


La Fiesta de Maíz se acerca al pueblo

En 1940, a petición del presidente de la Sociedad de Artesanos, y como una forma de acercar más las fiestas a la denominada clase obrera, se introdujo el Desfile de la Familia Castañeda y de los bailes típicos populares, que se realizaban en ranchos construidos para tal fin en la Plaza.

En Sonsón no existía propiamente una clase obrera, pero si una Sociedad de Artesanos que se sentían más identificados con la clase obrera que con los artesanos, ya que estos eran asimilados a la clase alta o burguesa. Esta Sociedad de Artesanos agrupaba a los gremios de cantineros, choferes, carniceros, talabarteros, empedradores, herreros, zapateros, etc., tenían una muy buena organización con un presidente y una amplia sede donde se reunían frecuentemente; fue fundada en la década de 1920 y aún existe.

Para 1943, a petición del escultor Rómulo Carvajal, distinguido escultor sonsoneño, y de la Sociedad de Agricultores, se introdujo el Desfile de los 30 Peones, como una forma de representar el hermoso poema de Gregorio Gutiérrez, “Memorias sobre el Cultivo del Maíz en Antioquia”.

Para la década del 50 se trasladó la fecha de las fiestas al 15 de agosto y se introdujo El Entierro de la Tusa. Este era el acto final, pues después de consumido el maíz durante las fiestas en tamales, empañadas y toda clase de alimentos, solo quedaba la tusa a la que había que darle un entierro meritorio. En 1959 la Sociedad de Mejoras Públicas inauguró El Convite, un amplio salón social donde se llevaban a cabo los principales actos de las fiestas, como el baile típico y la ceremonia de coronación de la reina del maíz y el entierro de la tusa. Como vemos, las Fiestas del Maíz dieron cabida a los sectores más representativos de la sociedad sonsoneña.

Sonsón de luto y suspensión de la Fiesta del Maíz

Varios sucesos trágicos harían que las Fiesta del Maíz se suspendieran por algún tiempo. Fue el primero de ellos el incendio del Palacio Municipal en 1957, incendio que llevó a la pérdida de los archivos municipales más importantes, aparte de la destrucción completa del edificio, el cual tuvo que ser construido de nuevo en 1963. Este lamentable hecho llevó a la suspensión de las fiestas por dos años.

Luego, en 1961 y 1962, dos grandes sismos de más de 6 grados en la escala de Mercali, dejaron la ciudad casi en ruinas. Colegios, almacenes, edificios públicos, iglesias y más de mil viviendas quedaron destruidas; estos sismos destruyeron el ícono religioso más importante de la ciudad como era su catedral construida en piedra de granito hacía 50 años.

Continuará…

Por:

Alberto José Londoño Jaramillo

Historiador, presidente del Centro de Historia de Sonsón y vigía del Patrimonio de la SMP.