66. Si hasta aquí aún yo no hubiera dicho nada en honor de vuestra santísima Madre, dadme la gracia de alabarla dignamente: Fac me digne tua Matrem collaudare, a pesar de todos sus enemigos –que son los vuestros – y que yo pueda decirles en alta voz con los santos: Non praesumat aliquis Deum se habere propitium qui benedictam Matrem offensam habuerit – “No presuma obtener la misericordia de Dios aquel que ofende a su santísima Madre”.

Fuente: Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María y el Secreto de María

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