5. Las prácticas religiosas personales no deben hacerse de modo llamativo, porque en privado se cumplen con mayor fruto. De todas maneras no seas perezoso para las obligaciones comunes y solícito para las particulares, sino que, cumplido íntegramente y fielmente lo debido y encomendado, si te sobra tiempo, volverás a ti mismo según cómo te lo pida tu devoción.

No todos pueden ejecutar el mismo deber; a unos conviene una cosas, a otros, otras. También hay obligaciones que son más o menos a propósito según los tiempos: unas son más agradables en días festivos, otras en semana. Unas las necesitamos en tiempos de tentación, otras en tiempo de paz y tranquilidad. En unas conviene pensar cuando nos invade la tristeza y en otras cuando estamos alegres en el Señor.

Lea también: Ármate como soldado para luchar contra la malignidad del demonio

Fuente: Tomas de Kempis. La Imitación de Cristo. Edición Paulinas.