Luego de adelantar el debido proceso de licenciamiento ambiental y de brindar garantías, tanto a los solicitantes como a los opositores y comunidad en general, Cornare otorgó licencia ambiental al promotor del proyecto de la PCH El Churimo a realizarse en el municipio de San Rafael.

Ello después de que la corporación, a través de su equipo de profesionales de diferentes áreas, evaluara la información presentada por el promotor del proyecto de la PCH Churimo, y que conllevó a otorgar licencia ambiental para el proyecto que se desarrollaría en el municipio de San Rafael, en Las veredas Falditas y Quebradona.

La decisión se tomó a través de la Resolución 06495 del 27 de septiembre de 2021 para un proyecto que tendría una potencia de generación estimada de 4,5 MW. Si se compara con Hidroituango, que generaría 2.400 MW, sería unas 533 veces menor. 

“El proceso de evaluación de una solicitud de licenciamiento ambiental es una gran responsabilidad para la autoridad ambiental y conlleva a brindar garantías de orden técnico, jurídico y de participación social, factores que se cumplieron a cabalidad por Cornare. Hay dos opciones, negar o licenciar, de esta manera si el usuario cumple con los requisitos de ley y presenta la información que se exige en los términos de referencia propuestos por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, la corporación debe licenciar el proyecto”, afirmó Oscar Martínez, jefe de la Oficina de Licencias Ambientales de Cornare.

En los últimos meses la corporación ha decidido, con fundamento técnico y jurídico, archivar cinco procesos de licenciamiento ambiental, que no cumplieron con los requisitos de Ley, tres de ellos relacionados con Pequeñas Centrales Hidroeléctricas (Cocorná III y Pantágoras en Cocorná, y Aures Bajo II en Sonsón) y dos mineros (La Chapa, en El Carmen de Viboral y Las Mercedes, en Puerto Triunfo); además de las cinco anteriores, en la última semana se archivó una solicitud de Diagnóstico Ambiental de Alternativas para otra Pequeña Central Hidroeléctrica (Guadualito, en El Santuario).

De acuerdo con lo señalado en el artículo 23 de la Ley 99 de 1993, “esta corporación tiene la responsabilidad de administrar los recursos naturales en el territorio y velar por el desarrollo sostenible de la región, dicha función se viene realizando de manera objetiva, imparcial y estricta”, afirmó Oscar Martínez.

Del proceso de evaluación del Estudio de Impacto Ambiental para el proyecto Churimo, se realizaron 210 requerimientos de los componentes abiótico, biótico y socioeconómico, estos requisitos tuvieron como base, además, lo observado en las visitas de campo, lo expuesto por la comunidad y demás participantes a la Audiencia Pública Ambiental, de la cual se recogieron insumos muy importantes que fueron exigidos al solicitante y que se ven reflejados en varias de las obligaciones establecidas en la resolución de licencia ambiental. El usuario tuvo un término para subsanar los faltantes.

Luego de la revisión de la información final presentada por el usuario, se encontró que, de los 210 requerimientos realizados, se cumplieron de forma satisfactoria el 98.5%. Los 14 restantes tuvieron un cumplimiento parcial y están relacionados con información de ingeniería de detalle, que por lo general se presenta antes del inicio de las obras, además, ajuste de fichas e indicadores, corrección de diligenciamiento de formularios, presentación de documentos relacionados con los predios y ubicación de información en los capítulos que corresponden al documento EIA compilado y final, que en todo caso estará obligado a subsanar si desea construir el proyecto.

«Si el proyecto cumple a cabalidad el rigor técnico que exige la corporación, no solamente la presentación del estudio del impacto ambiental, sino todos aquellos requerimiento complementarios, pues no tendremos ningún elemento distinto para otorgar esa licencia», afirmó el director general de Cornare, Javier Parra Bedoya.

La evaluación del estudio de impacto ambiental y de la información adicional entregada, se realizó por un equipo de profesionales idóneos que de manera objetiva consideró todas las inquietudes, preocupaciones y sugerencias de la comunidad, además de la dinámica actual de territorio, expectativas de desarrollo, aprovechamiento y recuperación de recursos naturales. El estudio concluyó que, si el proyecto se realiza conforme la información presentada y el cumplimiento de las obligaciones de Cornare, este sería viable ambiental y socialmente. De ahí la importancia que las comunidades continúen realizando sus ejercicios de participación para que, en caso tal de que se inicie la construcción del proyecto se verifique el cumplimiento señalado por la corporación. 

Cornare, en caso de que se adelante el proyecto, realizará estricto control y seguimiento a la ejecución del mismo y a la garantía de la sostenibilidad ambiental en todo momento. Así mismo, la corporación fomentará la creación de una mesa comunitaria de veeduría y seguimiento al debido cumplimiento del Plan de Manejo Ambiental aprobado.

Fuente: Cornare