Entre las montañas que engalanan los valles altos de Sonsón,
en la cumbre del páramo,
el Magdalena Medio, y la Vertiente Caucana;
nacen los ríos que dan vida, salud, belleza y prosperidad a Sonsón.

Ríos de mis ancestros,
ríos de cristalinas aguas,
ríos de vida y amable elegancia.

Aures de quebradas aguas
dulce travesía y singular cascada
Aures de mis abuelos
Aures de historias aun contadas.

Arma de viejo camino,
bellas piedras y ricos peces
Arma de límite con el pasado
que aún está presente.

Ríos Claro y La Miel
en la vertiente del Magdalena
que por ellos baja el progreso
y se desprende la belleza en un atardecer.

Mi dulce Samaná Sur
del que tantas veces pasé,
en donde aventuras disfruté,
y que tus aguas tanto tomé.

Los Ríos Verdes de los Henao y los Montes
que sus heladas aguas majestuosamente se enaltecen
y que sus verdes montes enriquecen.
Río Sonsón del páramo desciendes
con tus aguas el pueblo surtes
y con ellas nos mantienes.

Ellos, nuestros ríos que Dios nos ha regalado
son un tesoro divino que debemos cuidar, proteger, y conservar.
1323 kilómetros cuadrados que con sus aguas
ellos nos enseñan a defender.

Por: Ana María Restrepo

Lic en humanidades y lengua castellana

Guía del Museo de Arte Religioso

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