Hacia una articulación interinstitucional que visibilice el desarrollo integral para el Oriente Antioqueño.

La información sobre desarrollo, como bien lo han dicho diferentes autores, es abundante y en la mayoría de textos sobre este tema tienden a subjetivarlo, a explicar sus características, definiciones, y los modelos de aplicabilidad en la sociedad. Algunos han tratado de confundirlo con crecimiento económico, aumento de la población y mejoramiento de la infraestructura y la tecnología.

Aunque, si bien, el desarrollo está impregnado de estos temas, no significa que solo se trate de esto, más bien, el desarrollo busca garantizar los derechos y mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos de una manera integral garantizando el acceso a la educación, formación, nutrición y salud; empleo y distribución del ingreso; fortaleciendo el papel de la mujer en la sociedad y generando condiciones dignas de trabajo.

Para garantizar condiciones de vida integral, es necesario conocer y hablar del territorio, permitir que los diferentes actores intervengan en el proceso, se identifiquen y conozcan los recursos con que cuenta la comunidad para llevar a cabo el proceso; además es muy importante que tengan bien definidos los objetivos que van a lograr, los cuales deberán estar dirigidos a mejorar la calidad y el nivel de vida de los ciudadanos, reducir la dependencia con el exterior, reforzar el espíritu colectivo, crecer y generar más empleo, conservar el medio ambiente y desarrollar una cultura de comunidad.

Surge también un componente a tener en cuenta y es el tema del desarrollo sostenible, que consiste en satisfacer las necesidades actuales que demanda el territorio sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones. Estos nuevos conceptos de sentir y habitar el territorio, le van dando forma y se comienza a generar identidad.

Y al hablar de identidad, es necesario revisar y conocer la vocación que tiene el territorio para hacerlo competitivo con las demás regiones que tiene el departamento y el país. Eso significa dotar el territorio de infraestructura y equipamiento básico; servicios de desarrollo empresarial para microempresas y pymes locales; fomento de iniciativas empresariales y diversificación productiva; crear un sector financiero especializado territorialmente, e integrar el sistema fiscal y marco jurídico apropiado para el fomento productivo.

A su vez requiere de la movilización y participación de los actores sociales; la cooperación pública y privada de los actores territoriales; la formación de recursos humanos según las necesidades y la vocación de la región; por lo tanto, para hacer realidad el desarrollo territorial, se necesita un nuevo tipo de arquitectura institucional que junte en una sola mesa de concertación a los gobernantes, la sociedad civil y la empresa privada.

Los planes y concejos de desarrollo territorial son aquellas instancias de participación ciudadana en el proceso de planeación de las entidades territoriales que facilitan el reconocimiento, la orientación y la proyección del territorio en un ámbito mayor y con mejores resultados a largo plazo. De ese modo, el desarrollo local, supone una visión estratégica, de trabajo en red y de democratización del poder.

El Oriente Antioqueño es líder en la conformación de organismos comunales y de participación colectiva, sin embargo carece de articulación interinstitucional para llevar los procesos a un segundo plano que permita su desarrollo e implementación regional.

Si bien el desarrollo es algo abstracto y una construcción humana que requiere de todos los organismos sociales para su consolidación, es a través de la educación, que tiene un papel trascedente como posibilidad de descubrir soluciones a la crisis societal que vivimos actualmente, que se logran cambios sostenibles. 

Para concluir, con el acelerado desarrollo que está viviendo la región, es de gran importancia hacer una lectura crítica y propositiva del territorio implementando una agenda de profundización del conocimiento, ofreciendo fundamentos conceptuales y metodológicos que mejoren las condiciones y acciones de los líderes de la educación del territorio, en beneficio del mejoramiento de las potencialidades humanas, productivas, culturales y religiosas de las respectivas comunidades.

Así pues, es de suma pertinencia que la región siga abonando esfuerzos que permitan estudiar, contextualizar, resignificar el concepto y proponer nuevas alternativas, para devolverle el carácter social y cultural al desarrollo de las sociedades.

Bibliografía

MÚNERA, Maria Cecilia. Resignificar el Desarrollo. 2007

BOISIER, Sergio. Desarrollo Endógeno: ¿Para qué?, ¿Para Quién? 2004

CALDERON, Edgar. Desarrollo y Territorio. 2015