A ellas, a todas las madres del mundo y todos los días, en especial a las que parieron sus hijos en nuestro amado Sonsón: salud, gratitud y bendición.

A las presentes y ausentes, a las que con espíritu de guerreras, luchan por el pan de cada día para sus hijos con todas las ganas y pasión de su ser

Para las que en la soledad, por el abandono de sus parejas y en la enfermedad, son ejemplo de vida y esperanza.

Para aquellas que en sus rostros reflejan la ternura que dan sus años.

Para las madres, que en medio de las incertidumbres de la vida, abrigan la esperanza del reencuentro con sus hijos a pesar del tiempo, la distancia, el dolor y angustia por su vivir en las tinieblas y oscuridad.

A los hombres, que por circunstancias de la vida, han asumido con carácter su doble rol de padre y madre, con su ejemplo de responsabilidad, honestidad, constancia y dedicación, sin doblegar su brazo ante el cansancio y la fatiga.

Para las madres, que en su seno materno, ya cuidan con esmerado amor, cuidado y alegría, la venida de su hijo, como el centinela espera la luz del amanecer majestuoso y radiante de cada día.

Para las mamás, que ya gozan la plenitud de Dios, para que desde la patria celestial, sus bendiciones de luz, se constituyan en la lamparita votiva de bien, en la vida de los suyos.

Para las madres, que lloran la ausencia del amado, para que desde la dimensión divina, reciban la fortaleza y compañía del Creador y el amado.

Para ellas, las mamás, todos los días, siempre lo mejor, que sus sueños, ilusiones, ideales y plegarias a Dios, sean la luz, guía de sus vidas y la esperanza y alegría en sus hogares.

Con altos sentimientos de aprecio, afecto y reconocimiento:

Carlos Alberto Ríos Jiménez

Posdata:

Hoy y siempre: #SonsoneñosUnidosEnOración

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