El documento Génesis y Evolución del Concepto y Enfoque sobre el Desarrollo cita a varios pensadores que expresaron su postura frente al desarrollo.

Alain Touraine (1995) dice que la idea de desarrollo parece haber desaparecido de nuestras mentes y solo quedan frente a frente el mercado y la religión.

Gilbert Ritz (2002) comenta que dicha idea está condenada inexorablemente a desaparecer, si es que ya no entró en sus rictus post mortem.

Theotonio Dos Santos (2004) habla sobre el debate del desarrollo que vuelve a ocupar una posición central en las ciencias sociales y en la política latinomericana, ubicandose hoy en día en el marco de la oposición entre las políticas de desarrollo y el dominio del capital financiero asentado en una “ortodoxia” monetarista bastante discutible por los efectos negativos que ha producido en la región.

Históricamente el concepto Desarrollo es heredero de la noción occidental de progreso surgida en la Grecia Clásica y consolidada en Europa durante el periodo de la ilustración bajo el supuesto que la razón permitiría descubrir las leyes generales que organizan y regulan el orden social y así poder transformalo en beneficio de la gente.

Sin embargo el concepto desarrollo fue evolucionando y antecedido por otros términos como: civilización, evolución, riqueza y crecimiento.

Para Adam Smith (1776) y luego para John StuartMill (1848), ambos economistas ingleses, la riqueza era indicadora de prosperidad o decadencia de las naciones.

En 1949 Harry Truman en la inauguración de su mandato en los Estados Unidos, alude a vastas regiones como subdesarrolladas y plantea luchar contra esta situación en el marco del combate contra el comunismo.

Desde entonces el concepto desarrollo solo aparecía en documentos de las Naciones Unidas quienes clasificaron el desarrollo de los países en dos aspectos: desarrollados y subdesarrollados. Los países eran catalogados según la capacidad que tenían sus habitantes de comprar teconología.

Se entendía por desarrollo el proceso que debería emprenderse en América Latina, África, Asia y Oceanía dirigido a asentar las bases que permitiesen reproducir las condiciones que caracterizaban a las naciones económicamente más avanzadas del mundo, como la industrialización, la alta tasa de urbanización y de educación, la tecnificación de la agricultura y la adopción generalizada de los valores y principios de la modernidad, incluyendo formas concretas de orden, racionalidad y actitud individual.

Por otro lado, las aproximaciones ambientalistas al Desarrollo surgen en un contexto en que en el mundo afloran problemas de deforestación, contaminación de las aguas de ríos, lagos y mares, polución en las ciudades, la masiva y acelerada desforestación, el avance de la desertificación, entre otros, resultado en buena medida de modelos y estilos de desarrollo que consideran a los recursos naturales como inagotables, y el lucro como el fin supremo de los agentes económicos.

A inicios de los años 80 la agudización del deterioro del medio ambiente era ya inocultable, el futuro de la tierra entra en la agenda de los organismos internacionales y empieza a utilizarse el concepto de desarrollo sostenido. Así en el documento Estrategia mundial para la conservación (1980), publicado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el PNUMA y el World Wildlife Fund, se hace referencia a la necesidad de preservar los recursos vivos para un desarrollo sostenido, entendiéndose por éste «el crecimiento económico que no vulnera los ecosistemas» y que tiene un carácter permanente y de largo alcance.

Del mismo modo, el desarrollo sostenible requiere que las sociedades satisfagan las necesidades humanas aumentando el potencial productivo y asegurando la igualdad de oportunidades para todos; Según el diccionario de la Real Academia de la lengua española por desarrollo debe entenderse la acción y efecto de desarrollar y desarrollarse. Y por desarrollar entiende el aumentar, perfeccionar y mejorar algo o alguien. En tal sentido el concepto engloba una dimensión cuantitativa (aumentar) y una cualitativa (perfeccionar).

A demás, constituye un concepto con múltiples aristas y puede ser caracterizado como un modelo, una política, un objetivo, un proceso, un resultado o meta. Con frecuencia el concepto de desarrollo ha sido usado por los gobiernos y líderes políticos para señalar una “meta” de perfeccionamiento de la acción social en general.

En conclusión, la palabra desarrollo y su mismo significado, debe ser más que el progreso reflejado en el aumento de recursos económicos, debe garantizar mejores condiciones de vida para los ciudadanos y responder a políticas sostenibles a corto y largo plazo para que los recursos naturales sean bien conservados y aprovechados responsable y equitativamente.