Ensayo sobre la conferencia dictada por el Dr. Hugo Zemelman sobre la Historia y Autonomía en el Sujeto. Encuentro Nacional y Regional de Investigación Educativa, México 2012.

El sujeto conjuga dos problemas que no siempre es usual utilizarlos de una manera armónica o en una articulación conceptual, como es por un lado el problema de la historia y de otra el problema de la autonomía en el sujeto, no del sujeto. Esto tiene implicaciones desde el plano gramatical, filosófico, ético, y epistémico, entendiéndose episteme como el esfuerzo del hombre por construir una relación con la realidad. No es así la realidad ni es la relación, pero si es el esfuerzo de construcción.

Desde ésta perspectiva, para Hugo Zemelman lo epistémico hace parte de la vida cotidiana, todos los días construimos relación con las circunstancias que nos rodean, hace parte de la experiencia y por lo tanto parte del comportamiento cotidiano.

Los roles que desempeña el sujeto se convierten en las lógicas de la función que cumple, y terminan siendo a la vez sus cárceles, una sumatoria de roles para olvidarse de sí mismo. Esto somete a los sujetos a la subordinación, pasividad, perdida de sentido inherente de la sociedad, y en la medida en que nos sometemos a los roles el sujeto termina siendo dirigido por un lógica de poder que ubica a la gente en funciones y donde la subjetividad termina siendo manipulada.

La sociedad humana está jerarquizada y moldeada bajo determinada lógica de poder, sin embargo los fenómenos no agotan las determinaciones de la persona. El hombre es constructor de su realidad y pudo romper con las cosmogonías; esto supone una postura, colocarse, entender que es lo que me determina.

El hombre no es solo el conjunto de sus roles, el hombre es más que eso. Así como está determinado por las circunstancias, también crea sus circunstancias. Las funciones sociales, políticas, instruccionales, tecnológicas no agotan las determinaciones de las personas. El rol o función viene a ser una institución impuesta por el orden. La sociedad está organizada pero dentro de ese orden el hombre está indeterminado.

Los discursos de muchos medios de comunicación son cárceles que atrapan a la sociedad y dominan la vida cotidiana, en el oficio del rol y la función. Asimismo el hombre busca, se encuentra y también se desencuentra. La realidad es el resultado de la apropiación y actuación del hombre, y la creatividad, el espacio desde donde cada hombre construye.

El sujeto en el centro del debate porque la realidad es una realidad que construye al propio sujeto. El hombre busca, encuentra pero también se desencuentra, tiene balbuceos en la búsqueda de expansión de la subjetividad en la ciencia.

Entender la realidad no es posible entenderla como el conjunto de comunidades, existe una separación entre el pensamiento y el lenguaje, en consecuencia Hugo Zemelman invita a la recuperación de la metáfora como una nueva forma de construcción de conceptos.

Lo que diferencia el lenguaje es su uso creativo, sin embargo en lo jóvenes no hay lenguaje, hay un empobrecimiento de la lengua que está repercutiendo sobre las sinapsis. Si no hay lenguaje se empobrece la capacidad de pensar, de significar, de mostrar mundo, mostrar cosas… lo decía Zemelman, es un pobre sumiso que no tiene capacidad de realidad.

El hombre debe, desde la autonomía, apropiarse de la construcción de la realidad, determinar su mundo y sus acciones. La psicología y la lingüística, por ejemplo, ayudaron al hombre a insertarse en un proceso social que cambia constantemente, una sociedad compleja y envejecida y con menos probabilidad de que una persona sea activa socialmente.

La lingüística es la forma que el hombre tiene para abrazar el mundo y si el abrazo es grande, el lenguaje es grande. No obstante existe en la sociedad menos capacidad de significar y prevalece la capacidad de consumo. En ese caso el sistema económico y el sistema político subsisten y se pueden reproducir si no hay personas capaces de cuestionarlos. Se trata de entender que los sistemas económicos y políticos se pueden reproducir si no hay significado.

Zemelman decía que no hay crisis por sí misma si no se provoca. Es la idea de no perderse en el corto plazo, en la circunstancias, es la idea de utopía, es la idea de futuro.

En la media que el proceso de formación de un niño o un adolescente no implique una recuperación del sujeto en el conjunto de sus facultades, en el conjunto de sus dimensiones, desde su inteligencia, pasando por su emocionalidad, por sus afectos, por sus voluntades, si la educación no recupera armoniosa y orquestalmente este conjunto de dimensiones que hacen la unidad del ser humano, es difícil que un hombre que se maneje solo con axioma lógico tenga necesidad de futuro. Solamente se queda con lo dado, con lo que conoce.

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